Costa Rica Tarrazú

Desde Tarrazú, en la provincia de San José, Costa Rica, nos llega un super-lote de café! Este café cultivado entre 1.400 y 1.500 msnm nos deja unas pronunciadas notas a Naranja y Avellana con un sutil toque a Chocolate. Es un café que recomendamos muchísimo en espresso ya que queda una taza muy balanceada y agradable. Descubre métodos de preparación en nuestras guías.

Costa Rica – Origen

Costa Rica tiene una larga y fructífera historia en el café. Los primeros productores comenzaron a aprovechar el suelo y el clima ideales para el cultivo de café en el país a fines del siglo XVIII. Con un poco de ayuda del gobierno y las inversiones británicas, la producción de café entró en pleno apogeo en el siglo XIX. Como en muchos países centroamericanos, la industria del café siempre ha jugado un papel crucial en la economía del país gracias a la reputación de calidad que ha construido a lo largo de los años. En 2006, el café ocupó el tercer lugar en una lista de las exportaciones más importantes de Costa Rica. Los cafés costarricenses son famosos por su taza accesible, suave y brillante, acidez cítrica y ligeras notas de chocolate, a menudo vistas como la “taza clásica”. En la última década, un número creciente de productores se ha subido al tren del café de especialidad. Costa Rica puede considerarse uno de los países pioneros en experimentos con cafés especiales. Los productores están probando todo tipo de métodos de cultivo y procesamiento para expandir el potencial de la taza tradicional y lograr cafés verdaderamente únicos (y a menudo originales). Estos cafés a menudo se venden a precios impresionantes en el mercado internacional de cafés especiales, muy por encima del precio de mercado. Por otro lado, la industria del café se ve cada vez más amenazada por la expansión inmobiliaria. Muchas personas se sienten atraídas por el clima perfecto de Costa Rica, por lo que la naturaleza y los campos de café tienen que dar paso a ciudades en expansión, especialmente en el área de San José. Los agricultores pobres no pueden luchar contra las grandes corporaciones constructoras y no les dejan otra opción que vender sus plantaciones.